«Las violencias machistas son estructurales»

La sesión «Violencia estructural contra las mujeres» ha cerrado el Ciclo Hipatia, que bajo la organización del Foro Hipatia ha puesto el foco en los principales retos en la era post Covid-19 para avanzar hacia la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres. Esta cuarta y última sesión ha conmemorado el Día Internacional por la Erradicación de la Violencia hacia las Mujeres (25N) y ha servido para profundizar en las causas de las violencias machistas. «Los asesinatos contra las mujeres sólo son la punta del iceberg, existe una violencia estructural que sufren las mujeres y que nos impide desarrollarnos como seres sociales», ha asegurado Anna Mercadé i Ferrando, presidenta de la Asociación 50a50 e impulsora de esta sesión.

Para analizar el fenómeno de los malos tratos que las mujeres sufren por el hecho de ser mujeres, la jornada ha contado con la participación de Mar Gaya Quiñonero, vicepresidenta de 50a50 y fundadora de la consultora Igualando; Alba Alfageme i Casanova, psicóloga y profesora de la Universidad de Girona; Lorena Garrido Jiménez, investigadora del Grupo Antígona de la Universidad Autónoma de Barcelona, ​​y Silvia Moreira da Silva, responsable de Atención Psicosocial de la Asociación Helia, aparte de Anna Mercadé. Además, la clausura de la sesión ha corrido a cargo de la consellera de Igualdad y Feminismos, Tània Verge i Mestre.

En la introducción, la presidenta de 50a50 ha recalcado que las violencias machistas tienen causas profundas y sistémicas, arraigadas en la propia estructura de la sociedad y en la educación que las va perpetuando. “A las mujeres nos han prohibido ser personas durante mucho tiempo, por el miedo que nos han transmitido, miedo a que nos expulsen del trabajo, miedo a decirle cuatro cosas al jefe porque nos toca el culo, miedo a separarnos porque no somos independientes económicamente”, ha afirmado.

Analizando las violencias machistas en el ámbito laboral, Alba Alfageme ha explicado que este espacio ha sido tradicionalmente reservado y dominado por los hombres. «Es un espacio de poder social y este dominio se concreta en el acoso por razón de sexo que sufren las mujeres de manos de los hombres», ha dicho. La profesora de la Universidad de Girona ha añadido que el acoso laboral es la gran desconocida: una de cada dos mujeres europeas ha sufrido acoso sexual, y centrándonos en las mujeres en puestos de decisión esta tasa asciende al 75%. «Y prácticamente no hay denuncias, es una violencia minimizada y aceptada y reforzada por los entornos más masculinos», en sus propias palabras.

Lorena Garrido se ha centrado en las violencias machistas en el espacio digital. “Este espacio es virtual pero es real y por tanto también la violencia digital es real -ha explicado-. Persigue el control de los cuerpos y de la presencia pública. La sufren mucho más las mujeres que se encuentran en espacios públicos y de poder”.

Silvia Moreira, por su parte, ha puesto el foco en las violencias machistas en el ámbito privado: “Suceden a la intimidad y por tanto es más complicado visibilizarlas. Pero para evitar normalizarlas debemos contabilizarlas y ponerles nombre, porque lo que no se llama no existe. Las violencias machistas son un fenómeno estructural con origen en el patriarcado”.

El panel ha revisado también las violencias machistas económicas. «No poder acceder a los mismos recursos, cobrar menos, obtener menos créditos, la dependencia económica de la pareja… todo esto es violencia machista económica», ha asegurado Mercadé. Aun así, “no se habla todavía de la violencia económica porque es un tótem del patriarcado, pondría contra las cuerdas el sistema, es otra forma de control: la violencia económica limita las vidas de las mujeres, su día a día”, ha añadido Alfageme. En opinión de Mar Gaya, «seguramente es una violencia transversal, que atraviesa todas y afecta a todas las demás violencias machistas». No poder acceder a la educación y al trabajo en igualdad de condiciones, la feminidad obligatoria (las mujeres deben gastar más dinero en el culto al cuerpo porque la sociedad lo impone así), la brecha salarial y la infravaloración de los trabajos de las mujeres son otros ejemplos de esta discriminación, apuntadas por algunas de las asistentes a la sesión.

La consellera de Igualdad y Feminismos ha clausurado esta cuarta jornada del Ciclo Hipatia. “Las violencias machistas son estructurales. Debemos poner en el centro de las responsabilidades a los hombres. Es un trabajo que debemos hacer desde la pedagogía”, ha reivindicado Tània Verge.

El Foro Hipatia agrupa a 24 entidades y asociaciones feministas y escenifica la unión de las asociaciones de mujeres empresarias, directivas y profesionales trabajando por un mismo objetivo, la presencia equitativa de mujeres en puestos de decisión, de acuerdo con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

El Ciclo Hipatia ha constado de cuatro jornadas, centradas en la economía feminista, la salud mental de las mujeres, los derechos humanos y la transversalidad, y para terminar ésta sobre violencias machistas.